lunes, 20 de febrero de 2017

LENGUAJE DE LAS FLORES Y DE LAS PLANTAS

La historia, los mitos, las leyendas transmitidas nos cuentan como cada cosa de la creación, y en particular de la naturaleza y de ella las plantas, sean de algún modo "divinas", o sea que tienen un sentido que transciende su propia esencia.
En efecto, la unión entre el mundo animal y el vegetal se atestigua por una infinidad de mitos y leyendas según las cuales las personas fueron transformadas en plantas o en flores atribuyéndoles un sentido y lenguaje precisos.
El estudio de las plantas remonta por lo tanto muy atrás, hallándose también testimonios en los textos más antiguos, así que el hombre, más allá de que usarlos para apreciar su belleza, también descubrió sus propiedades medicinales, aromáticas, mágicas y por lo tanto también a atribuir a cada una de ellas un sentido preciso y un símbolo.
Todo el mundo vegetal siempre ha sido objeto de admiración, de culto y también de superstición. En efecto el hombre, de muchas maneras, quiso agradecer a la naturaleza su propia supervivencia que dependía en buena parte de las plantas: los árboles como amparo, la fruta como primera nutrición, las flores como primeras alegrías y las plantas de las que extrajo los primeros remedios contra las enfermedades, descubriendo a veces que provocaban dolor al ser venenosas y a las que por lo tanto se atribuyeron poderes demoníacos; otras veces curativas y por lo tanto atribuyéndoles poderes divinos beneficiosos. Con el pasar del tiempo, las expresiones y el lenguaje de las flores en vez de envejecer, parecen rejuvenecidas y refrescadas con un sentido más profundo.
Las plantas que acompañan la vida de cada día de los seres humanos han inspirado no solo mitos y leyendas sino a poetas y artistas; nos dan comida, fármacos y demasiado a menudo lo olvidamos. Esta sección intenta recorrer, más generalmente, el lenguaje y el sentido que nuestros antepasados han dado a las plantas y a las hierbas. Las vías para apropiarse de una memoria histórica, para no perder nuestra identidad de seres que pertenecen a la historia, encontrando la unión entre el hombre, las plantas y las flores como un todo de un único mundo y un único universo.

CONSEJOS PARA CREAR UN JARDÍN DE BAJO MANTENIMIENTO

Disfrutar de un espacio en el exterior todo el año con el mínimo esfuerzo y coste de mantenimiento requiere una buena planificación, un diseño de jardín adaptado e interesante y de tener en cuenta unas pocas ideas básicas:
1. Reduce al máximo el uso del césped
2. Acepta que un mínimo de mantenimiento es imprescindible, y tenlo en cuenta antes de comprar o diseñar tu jardín. Siempre puedes contar con la ayuda de un profesional.
3. Diseña tu jardín, ático o terraza para poder utilizarlo todo el año.
4. Haz el diseño de plantación de acuerdo con la tradición mediterránea y las plantas más adaptables de otras culturas.
5. Elige mobiliario prático y de poco mantenimiento. Clásicos o modernos de muy buena calidad
6. Ilumina tu jardín con leds y regula el uso con un temporizador o sensor de luz.

7 TIPOS DE PLANTAS DE EXTERIOR QUE FLORECEN DURANTE TODO EL AÑO


  • Los geranios: a pesar de que no están constantemente floreciendo, cuando lo hace, son unas flores que logran perdurar vivas todo un año, resistiendo las diversas estaciones climáticas. Se caracterizan por ser capaces de crecer tanto en tierra como en macetas, se recomienda que reciban luz directa para así asegurar su hermosa floración. También son más hermosas si logran tenerse a temperaturas superiores a 20 grados centígrados. Hay que asegurarse de mantener su tierra húmeda y nutrida con sustratos orgánicos, si se cumplen las condiciones mencionadas, esta planta es capaz de florecer durante todo el año.

  • Crisantemos: esta planta de exterior florece en la época de otoño, y logra resistir los tránsitos de estaciones hasta llegar a la primavera, por lo que es ideal para combinarla con otras Plantas de exterior que florecen durante todo el año, y así dar color a los espacios exteriores de nuestro hogar.

  • Trueno de Venus: esta planta es muy beneficiosa a nivel medicinal, y se cultiva mucho en la zona de los trópicos, florece con una especie de tamaño pequeño, que rodean a todas las hojas de la planta, realzando su brillo y forma, sus requerimientos para florecer constantemente son mantener la tierra húmeda, evitando por sobre todo que se seque totalmente, se puede cultivar en jardines a tierra directa o en macetas, abriendo unos hoyuelos por debajo para asegurar su correcto drenado. Sus propiedades medicinales están asociadas a problemas en la piel, así que además de decorar con su belleza también nos ofrece un excelente aporte a nuestra salud. 

  • Abelia: es uno de los arbustos más destacados, se caracteriza por su altura de casi un metro y medio, se adapta a todas las temperaturas, y ofrece un largo periodo de floración, renovándose a sí misma durante toda la primavera hasta llegar al otoño, sin duda una excelente opción al momento de tener que escoger plantas de exterior que florecen durante todo el año. 

  • Las Hortensias: pertenecientes a la gama de los arbustos, las hortensias ofrecen una floración que comienza en la primavera, y se mantiene viva en flor, a lo largo del año hasta llegar el otoño, para poder florecer debemos podarla con cierta frecuencia, y también requieren de un regado regular para poder mantener húmedo su suelo y raíces, de esta manera se convierte en la última de las pantas de exterior que florecen durante todo el año, de esta lista que les acabamos de entregar.
  • La Corona de Cristo: es una planta de flores hermosas, que se mantienen vivas durante todo el año, y es bastante popular alrededor del mundo, solo requiere un clima e iluminado, solo hay que ponerle agua cuando su tierra este totalmente seca. El único contra que presenta esta planta es que en las temperaturas menores a 5 grados suelen morirse por no soportar el frio. Se presenta en colores variados, como amarillo matizadas, pero las más comunes son las flores de color rojo con rosado.
  • Estrellitas de Jardin o Pentas: muchas plantas pertenecientes al estilo penta, son utilizadas para decorar jardines de exterior, especialmente por sus hermosas flores, lo recomendable para estas plantas es sembrarlas directo en tierra en donde llegan a crecer hasta un metro de altura. La misma es una planta de exterior que florece todo el año, siempre y cuando se cultive en ambientes cálidos e iluminados.
     

lunes, 13 de febrero de 2017

PROCESO DEL DISEÑO EXTERIOR



Nuestro equipo de paisajistas, trabajará para crear atractivas áreas ajardinadas con gran variedad de plantas que harán que la primera impresión sea inolvidable. Uno de nuestros paisajistas visitará al cliente para establecer sus necesidades particulares. Se llevará a cabo un estudio del lugar realizando las mediciones correspondientes, teniendo cuenta también las  limitaciones  o requisitos específicos de la zona. 
Después de tener una idea clara de los objetivos que el cliente quiere alcanzar, el paisajista se encargará de diseñar específicamente  el exterior deseado.  Cualquier cosa, parterres cromáticos, jardineras, cubiertas vegetales, xerojardinería, jardines temáticos…solo tiene que pedirnoslo.
Llámenos ahora al teléfono 900 903 136 , o comuníquese con nosotros a través de nuestra página web, para concertar una visita con uno de nuestros paisajistas...

EVOLUCIÓN DE LAS PLANTAS EN LA HISTORIA DE LA TIERRA

En los comienzos de la vida en el planeta, las plantas eran apenas, algo más que lo que significaba su composición unicelular. 
Poco a poco, la organización de pequeños organismos multicelulares, más las formas que adoptaron, se transformaron en diminutas hierbas acuáticas. Mientras tanto, la tierra era un páramo desolado cubierto por piedras, solamente.

El primer panorama
 
Así como no existía humus ni materiales vegetales que permitieran prosperar la vida en la superficie, tampoco la atmósfera colaboraba: no estaba presente la capa de oxígeno, ni filtro alguno que ayudara a protegerse de los rayos ultravioletas que llegaban desde el sol.
Pero por aquellos lejanos tiempos, al igual que las plantas en la actualidad, esos organismos primitivos hacían uso de los dos elementos que ya abundaban en la naturaleza y que permiten fabricar el propio alimento: dióxido de carbono y agua. Este proceso que se mantiene hasta hoy, se denomina fotosíntesis y ha sido el que a través de milenios elevó los niveles de oxígeno en el planeta. Recién hace unos 500 millones de años, al iniciarse el Período Cámbrico, se construye una atmósfera suficiente para sostener nuevas formas de vida. Luego se formó por encima una nueva capa de oxígeno de otro tipo que sirvió de escudo protector contra los rayos ultravioletas permitiendo el surgimiento de vidas más complejas. Este escudo se conoce hoy como la capa de ozono.
De este modo, lentamente, estas rudimentarias formas de vida continuaron su desarrollo y se animaron a abandonar el agua para comenzar la aventura de ir ocupando aquel desierto inhóspito que las desafiaba: la tierra firme.

Cambiar para vivir
 
Para una planta, este desafío representaba un cambio dramático en su estructura. Se debieron adaptar a nuevas condiciones y a partir de estos logros surgirán cambios que desembocarían, por ejemplo, en la aparición de las plantas vasculares.
Estas plantas, desarrollaron una compleja red de conductos en su interior que les permitieron transportar agua y minerales desde el suelo hasta el lugar en que se producían los alimentos a través de la fotosíntesis: las hojas. A la vez, desde éstas hacia toda la estructura, llegaban los alimentos gracias a la presencia de otra red de conductos.

La evolución verde
 
Durante el período Silúrico (unos 520 millones de años atrás), las plantas evolucionaron asombrosa y rápidamente a formas superiores que no superaron (de acuerdo a los fósiles conocidos) los 90 cm de altura.
En el período Devónico (unos 400 millones de años atrás), la tierra se cubrió de plantas con ramas escuálidas pero que ya anunciaban lo que vendría en el próximo período, el Carbonífero.
En este período (345 millones de años atrás) comenzaba a vislumbrarse la aparición de los bosques, haciendo su aparición el gigantismo: helechos arborescentes ( si bien eran helechos, tenían el tamaño y la apariencia de un árbol) y primitivas formas de equisetos (también llamados colas de caballo) dominarían el terreno alcanzando alturas de más de 30 metros.
Si bien esta etapa dio lugar a la formación de selvas lujuriosas y tupidas, esta plantas tenían un problema: se reproducían por esporas y por lo tanto necesitaban del agua que las trasladaba, para que se produjera el proceso.
A pesar de ello, los equisetos o colas de caballo, como se los conoce hoy en día a sus descendientes de menor talla, evolucionan hacia soluciones asombrosas.
Debido a que ocupan zonas secas vecinas a viejos pantanos, no podían hacer uso del agua para multiplicarse, por lo tanto apelaron a una nueva estrategia generando sacos polínicos en los extremos de sus ramas, para portar el polen. Una nueva forma de reemplazar las tradicionales esporas. Estos sacos debían fertilizar los óvulos que a su vez se ubicaban en los extremos de otras ramas de la misma planta.
Con el tiempo, estos equisetos, serían los padres y madres de las actuales gimnospermas, y si las miramos bien hoy, veremos que las piñas femeninas de los pinos son simples modificaciones de esas antiguas ramas de equisetos.
Los sacos polínicos masculinos también han evolucionado, aunque mantienen el viejo sistema.

Volviendo a viejas épocas
 
Si observamos los anillos de crecimiento de los fósiles vegetales del período Carbonífero, veremos que presentan un patrón de crecimiento propio de regiones templadas o cálidas sin diferencias estacionales. De este dato surge que el mundo vivía en un verano permanente y global. Por esta razón, hoy es posible hallar en regiones tan frías como la Antártida, fósiles que prueban la existencia de bosques tropicales en esos lejanos lugares.
Otra situación planetaria que subsiste hasta hoy, y que podemos sumar a este panorama, es la que conocemos como de la tierra firme o emergente. Estas piezas de tan gigantesco rompecabezas han ido cambiando de posición y con ello, los climas y diversos hábitats.

Con estos datos, otro período
 
El Pérmico: En esta etapa, las condiciones que se generalizarán serán de mayores sequías y con ello, disminuirán las poblaciones de helechos y equisetos en regiones determinadas, trasladándose y restringiendo su hábitat a zonas tropicales y subtropicales. Una explicable excepción es la adaptación que lograron algunos helechos arborescentes en el bosque Andino-Patagónico, de clima frío pero, con altísima y permanente humedad.
Es por estos tiempos en que aparecen la plantas del grupo de las gimnospermas que dominarían el mundo por un tiempo, a través de tres familias: las Bennettitáceas (hoy ya extinguidas), las Cicadáceas y las Ginkoáceas.
Todas tenían hojas anchas, troncos rechonchos y cortos, y además se reproducían en forma original: por semillas.
Pronto se hicieron cosmopolitas aprovechando esta innovación y el hecho de que en ese momento, la "tierra firme" se hallaba aglutinada en un solo bloque conocido como Pangea y por lo tanto no existían barreras geográficas que detuvieran la expansión de las especies.

Los primeros grandes bosques
 
Sucede una catástrofe: Lentamente, Pangea se parte en dos, Eurasia viajaba hacia el norte y Gondwana hacia el sur. En esta situación comienza el Período Jurásico, que se caracterizaría por interminables bosques de Gingkos, Cicas y unas Coníferas primitivas que llegarían hasta nuestros días: las araucarias.
Dentro de estos bosques, los dinosaurios dominaron el planeta y la época.
Al mismo tiempo, Gondwana comienza a partirse dando origen al océano Atlántico Sur, y Eurasia rotaba sobre un imaginario eje cerrando el espacio de agua conocido como Mar de Tetis creando de este modo el futuro Mar Mediterráneo.

El período cretáceo
 
Con éste llegan nuevas plantas con estrategias originales de supervivencia: eran las angiospermas o plantas con flor.
La táctica de la flor permitía sobrevivir tolerando grandes cambios climáticos y períodos estacionales. Comienzan a diferenciarse inviernos y veranos, que casi no han sufrido cambios hasta nuestros días.
El espacio entonces fue ocupado por robles, plátanos, nogales, y luego las demás familias.
Esta ocupación de la tierra trajo nuevos cambios: Las gimnospermas quedarían ocupando solamente las regiones más frías y de mayor altitud, y los más viejitos, los helechos arborescentes disminuirían su talla y serían relegados a las partes bajas de bosques cerrados, con alta humedad, tal es nuestro caso con el bosque andino-patagónico y selva paranaense.